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CUANDO EL TECOLOTE CANTA…

©Edgardo Moreno Pérez.

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El tecolote enviado del Señor de la Muerte

En los pueblos originarios que hoy conforman la república mexicana, asociaron al tecolote
(búho) con la sabiduría y el misterio; pero también tenía un carácter sombrío. Su relación
esta ave con los hechiceros, nahuales y nigromantes de los cuales era su protector
Tezcatlipoca «EL Señor del Espejo Humeante». Se tenía la creencia que el tecolotl
anunciaba por medio de su canto todas las desgracias, presagios malignos y sucesos fatales.
Creencia que persiste en varias regiones y en el imaginario colectivo. Tlacatecólotl, dice
Mendieta que era un : «hombre que anda de noche gimiendo, espantando, hombre nocturno
espantoso». El hombre-búho. A veces identificado con el mismo Tezcatlipoca y en otras
narraciones como el nahual de un hechicero.
Existen muchos testimonios sobre el carácter del búho en las culturas prehispánicas. En
antiguos edificios en forma de relieve, en piedra, en pintura mural, en figurillas de barro y
otros materiales; que los arqueólogos han estudiado. Los códices son otra fuente así como, las relaciones y compilaciones que escribieron los frailes y cronistas en el siglo XVI y
posteriores.


Paralelismos

Por las características de ser un ave nocturna y la peculiaridad de sus canto, así como de su
enigmático aspecto el tecolote – búho, lechuza- ha sido relacionado través de los milenios
en diversas culturas con la sabiduría y con la muerte. En Egipto era el símbolo de la muerte
súbita. En Grecia Antigua representaba la sabiduría, Minerva, Palas eran símbolos de la
armonía y la sabiduría. Así encontramos otros muchos ejemplos que no enunciaremos en
eta ocasión.

El tecolote y los agüeros
El fraile franciscano Bernardino de Sahagún en el Libro V de su Historia General…, señala:
«Los agüeros y pronósticos que estos naturales tomaban de algunas aves, animales y
sabandijas para adivinar las cosas futuras» […] «Cuando oían cantar el búho… tomaban mal
agüero, ora estuviese sobre algún árbol cerca, oyendo aquella manera del canto del búho
luego se atemorizaban y pronosticaban que algún mal les había de venir o de enfermedad o
de muerte, o que se había acabado el término de la vida alguno de su casa o a todos».
En el Tratado de idolatrías, supersticiones y hechicería, escrito por Hernando Ruiz de
Alarcón hacía 1629, consigna varias «supersticiones y costumbres gentilicias», que tenían
su feligresía en el hoy estado de Guerrero. En su escrito refiere los diferentes usos que
hacían los brujos para causar enfermedades y muertes.

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La Muerte y sus mensajeros; la tuza, el murciélago y el tecolote.

El relato fue recopilado por Ángel María Garibay en Oztoticpac. (Actual Estado de
México), en 1938, su informante fue un vecino de 58 años de edad. Transcribo una versión
editada para este artículo.
«Un día se presentó en diablo ante Dios para pedirle hombre. Ya hacía mucho tiempo que
no llegaban a sus dominios y tenía hambre. -Tienes que avisar… El diablo le dijo a la muerte: -Quiero que vaya por los hombres…

A su vez la muerte llamó a la tuza y le mandó que fuera a anunciar la muerte a los hombres.
[…] Llegó la tuza y se puso a rascar cerca de la casa de los hombres, cuando la vieron estos,
dijeron: Ya está haciendo el sepulcro para enterrarnos, vamos a matarla y la enterrada será
ella. Y mataron a la tuza, la muerte se quedó esperando.
Cuando vio que no llegaba con la razón, buscó a otro animal y mandó al ratón viejo, es
decir al murciélago. Este fue y comenzó a revolver el aire alrededor de la casa de los
hombres. Cuando lo vieron los hombres dijeron:

-Este animal nos viene anunciar desgracias. Vamos matándolo y el desgraciado será él. Lo
mataron y la muerte se quedó esperando la razón, porque no volvió el murciélago.
Entonces la muerte llamó al tecolote y le dijo:
-Mira haber si tu eres más listo. No vayas a avisar de tal manera que te maten, a ver cómo
le haces para que no se sepa y así no se defiendan. Entonces el tecolote se puso a pensar,
porque era el más pensativo de los animales. Cuando lo vemos callado siempre moviendo
la cabeza para uno y otro lado y con los ojos muy vivos. […]
Yo voy a ir en medio de la noche, cuando estén medio dormidos, si no me oyen, yo me
conformo con cantar y ya con eso cumplo, si oyen, como mi canto es como un rorroró, se
irán duerme y duerme y no me harán caso y se les olvidará y no se cuidarán, para que la
muerte vaya por ellos. Yo con esto cumplo.


Entonces el tecolote a media noche fue y se puso a cantar: Kikú – rukú; Kakú – kucú – rucukú.

– ¿Oyes que animal es ese? – Cállate. ¿No entiendes lo que dice?  Está cantando: «tú, tú, tú, morirás tú.  – Dijo el otro, el que va a morir es él.

Y tomó su escopeta y salió, mientras andaba buscando donde apuntarle, se enredó con una reata, al caerse la escopeta se disparó y le entró el tiro por una oreja. Así fue que el tecolote vino de enviado de la muerte y por eso se dice:

«Cuando el tecolote canta: el indio muere».

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FUENTES CONSULTADAS

Ruiz de Alarcón, Hernando, Tratado de las supersticiones y costumbres gentílicas que hoy viven entre los indios naturales de esta Nueva España. Notas, comentarios y un estudio de Francisco del Paso y Troncoso. México. Ediciones Fuente Cultural, 1953. 

Garibay K. Ángel María. Anuario de la Sociedad Folklórica de México. Vol. VI. México, 1948. 

Mendieta, Jerónimo de. Historia eclesiástica Indiana. México. IIH-UNAM., 1998.

Moreno Pérez, Edgardo.  «Yautequiua – Tecolotl». En: Revista Querétaro, Tiempo Nuevo. SCBS-GEQ. Enero de 1993., pp. 27-31. 

Sahagún, Fr. Bernardino de. Historia General de las Cosas de la Nueva España. Selección, introducción y notas de Ángel Ma. Garibay. Colección «Sepan Cuantos…»  Núm. 300. Ed. Porrúa. México, 1975. 

IMAGENES

Pág. 1.Códice Borgia. Introducción y explicación: Anders, Ferdinand; Jansen, Marteen; Reyes, Luis. Los templos del cielo y la oscuridad. Oráculos y liturgia. Libro explicativo del llamado Códice Borgia. México D.F.: Fondo de Cultura Económica. 1993. 

Pág. 2. Códice Laúd. Introducción y explicación:  Anders, Ferdinand; Jansen, Marteen; Reyes, Luis Pintura De La Muerte y Los Destinos.. México D.F.: Fondo de Cultura Económica. Lam. 5.1993. 

 Pág. 4.  Códice Laúd. Introducción y explicación:  Anders, Ferdinand; Jansen, Marteen; Reyes, Luis Pintura De La Muerte y Los Destinos.. México D.F.: Fondo de Cultura Económica. Lám. 10.1993.               

   Desde Anbanica – Teocalhueyacan. Octubre – Noviembre de MMXXI.

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